El proyecto: Después del éxito del Caldo de Piedra (ver proyecto) y "al ver que varias personas ajenas a la cultura chinanteca pretenden sacar fruto del las tradiciones chinantecas" se busca crear la imagen para una organización que defienda la naturaleza, valores y legitimidad del platillo. Como contexto, el platillo de origen chinanteco, únicamente es preparado por los hombres para las mujeres en ocasiones especiales.

La estrategia: La manifestación de la misión de Don César Gachupín en relación con el caldo de piedra, toma una nueva vertiente: la creatividad visual. Don César boceta en un trozo de papel la visión que tiene para el logotipo de ésta organización y resulta una metáfora encantadora: una jícara (instrumento natural que se usa como plato del caldo de piedra) en la cuál se ve integrado el mundo que no solo es contenido por la el plato, sino además, también es parte de el. El resultado es muy significativo.